Una inteligencia sin fin – Ecos de un mundo con Inteligencia Artificial
- Mariano Tello Nocetti
- 29 may
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 30 jun
"No se trata de si las máquinas pueden pensar, sino de si los humanos todavía lo hacemos".- Mariano Tello

Cuando inicié a escribir esta columna, decidí hacerlo con un artículo sobre inteligencia artificial (IA) y sus peligros. El tema era obvio: la IA está de moda. Una vez terminado el texto, quise mirar en otra dirección, hablar sobre otros temas como las regulaciones, el arte generativo, los políticos de Silicon Valley, las redes sociales y las apps de mensajería. Simplemente quiero ser diverso y no aburrir al lector con lo mismo. Sin embargo, alejarme del tema se vuelve complicado: donde sea que miremos, hoy el tema es inteligencia artificial.
Sus aplicaciones apuntan a lo infinito. Todos buscan implementarla, en mayor o menor medida, en sus productos o servicios para no quedarse atrás frente a la competencia. Tu smartphone tiene su propio agente de IA, ya sea Siri, Gemini, Bixby o ChatGPT. Los autos nuevos también. Los diarios digitales cuentan con asistentes que revisan lo que escribes y te ofrecen reflexiones. Hay aplicaciones de psicología basadas en IA, y no dudo que pronto las haya de medicina. Mi máquina de pesas genera rutinas personalizadas y analiza cómo ejecuto los ejercicios para modificarlos en tiempo real. Hasta las lavadoras ya detectan el tipo de suciedad, el peso y ajustan el ciclo de lavado con IA.
Las últimas dos veces que vimos una atracción tan grande por una tecnología fueron con la llegada del internet y la aparición de los smartphones. Hoy estamos frente a una tecnología que, durante los próximos meses (y tal vez años), estará en todas las noticias. Se integrará en tu música, tu carrito del supermercado, tus sugerencias de viaje y, probablemente, en la nueva guitarra que compres. Y, como siempre ocurre, eventualmente dejará de ser novedad, se volverá invisible y se integrará en todo lo que usamos, mientras otra innovación llama nuestra atención.
Así que, querido lector, espero no cansarte. En las siguientes entregas haremos un recorrido por lo más relevante, urgente y también peligroso que está ocurriendo en el mundo de la inteligencia artificial (antes de que deje de serlo).
En esta serie titulada “Ecos del mundo con Inteligencia Artificial” se enfocará en 4 entregas:
1. La inteligencia artificial en la educación
Cada vez más estudiantes usan herramientas como ChatGPT para resolver dudas, redactar ensayos o traducir textos. Para muchos, se ha vuelto el primer recurso antes que el maestro. Por su parte, los docentes están comenzando a usar IA para diseñar planes de estudio, calificar tareas y detectar plagios. Esta doble dependencia crea una nueva dinámica: una educación asistida por máquinas que, si no se regula o guía adecuadamente, podría desplazar el pensamiento crítico en favor de respuestas rápidas.
2. La inteligencia artificial en el trabajo
En el mundo laboral, la inteligencia artificial genera tanto entusiasmo como temor. Automatiza tareas repetitivas, acelera procesos y permite a muchas empresas optimizar tiempos y reducir errores. Desde asistentes que transcriben reuniones hasta algoritmos que filtran currículums, su utilidad es innegable. Pero también hay empleos enteros en riesgo: redactores, traductores, diseñadores, operadores, incluso abogados y médicos enfrentan una nueva realidad donde parte de su labor puede ser replicada —y a veces superada— por un modelo de IA.
3. La inteligencia artificial en el plano personal
La IA vive en nuestros dispositivos más íntimos. Existen asistentes que dan consejos emocionales, aplicaciones de bienestar mental impulsadas por algoritmos y chats conversacionales que algunas personas comienzan a tratar como confidentes. Incluso hay quienes establecen vínculos afectivos con personajes generados por IA. Tomamos decisiones cotidianas con su ayuda: desde qué película ver hasta si vale la pena responder un mensaje. En este terreno, lo que está en juego no es solo funcionalidad, sino también emociones, identidad y la forma en que cultivamos nuestros vínculos humanos.
4. El mundo del futuro con inteligencia artificial
Imaginemos el mundo dentro de diez años: casas que entienden nuestras rutinas y se adaptan automáticamente; autos que se conducen solos sin necesidad de volante; asistentes médicos virtuales que monitorean en tiempo real nuestros signos vitales y dan recomendaciones antes de que enfermemos. La IA estará en nuestros refrigeradores, zapatos, escuelas, calles y, posiblemente, en nuestros cuerpos. Algunas decisiones ya no serán tomadas por nosotros, sino por algoritmos que sabrán lo que queremos antes de que lo pidamos. Ese mundo puede sonar cómodo… o inquietante. Mucho dependerá de las reglas que pongamos hoy.
Conclusión
Como sucedió con el internet y los smartphones, la inteligencia artificial está dejando de ser novedad para convertirse en parte del paisaje. Pero, a diferencia de sus predecesores, esta tecnología no solo transforma lo que hacemos, sino cómo pensamos, sentimos y decidimos. Esta serie no busca responderlo todo, sino abrir preguntas urgentes: ¿Hasta dónde queremos que la IA intervenga en nuestras vidas? ¿Qué límites necesitamos? ¿Qué estamos dispuestos a ceder a cambio de eficiencia?
Son preguntas abiertas. Como la propia inteligencia artificial, esta conversación podría no tener fin. Pero merece ser tenida, antes de que sea demasiado tarde para tenerla. Recordemos que lo que implementamos hoy tiende a mostrar sus consecuencias muchos —muchos— años después.
Publicado en Ecodiario el 28 de mayo de 2025.
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